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jueves, 21 de agosto de 2008

Aerolíneas Argentinas


El oficialismo aceptó las modificaciones propuestas por el bloque Proyecto Sur y por el SI.
Por eso, votaremos favorablemente, con observaciones.
En función de estas modificaciones, la versión final del proyecto del Ejecutivo ya no valida el acta-acuerdo firmada con Marsans, al tiempo que determina que la tasación de la empresa sea la que establezca el Tribunal nacional, con seguimiento parlamentario (artículos 2ª y 3ª estipulan que valida el Congreso). También el bloque oficial aceptó agregar al texto original que "bajo ningún punto de vista el Estado perderá la mayoría accionaria". Este era un elemento esencial tanto para Proyecto Sur como para el SI, dado que es facultad de las sociedades anónimas la venta de acciones y de no figurar de manera expresa en el cuerpo de la ley, se asumía el riesgo de la privatización en el mediano o largo plazo.

Otro criterio importante que se logró incorporar es el referido a la tasación. Así, en el artículo 2ª constará que el valor de la tasación será el correspondiente al momento de la intervención (primeros días de julio), fecha en la que la empresa se encontraba en situación de concurso y cesación de pagos, o sea, técnicamente quebrada y con valuación negativa. Este no es un criterio menor, ya que así tomado cae el acta-acuerdo que valuaba en función de una empresa saneada. Además, como el Estado es acreedor de Aerolíneas Argentinas tanto por los casi u$a 200 millones adeudados por la empresa como por lo que en este período viene desviando, ya seríamos dueños de la empresa.

El planteo para que el Estado se presente en todas las causas locales e internacionales iniciadas contra el grupo Marsans fue el único que no logró su incorporación al texto de la ley. Sin embargo, las modificaciones efectivamente incorporadas son suficientes como para votar a favor con observaciones. En la comisión, firmamos el dictamen en disidencia parcial por lo que, en el recinto, votaremos a favor con observaciones.

Claudio Lozano

El Estado les debe a los jubilados, no a Marsans

Por Claudio Lozano.

Pese al discurso vigente, seguimos en una lógica que combina las dos caras: la del “Estado bobo” y la del “Estado turro”. Si nos descuidamos, puede haber recursosprevisionales que sean destinados a pagar la deuda de Aerolíneas con el grupo Marsans.
El debate sobre cómo asignar los recursos públicos recorre los pasillos del Congreso. En un caso, el de Aerolíneas Argentinas, la propuesta promueve el traslado al Estado de la deuda acumulada por el grupo Marsans en la gestión de la empresa. En el otro,la actualización de los haberes jubilatorios (la llamada movilidad previsional) incorpora restricciones múltiples a efectos de evitar que los aumentos en los haberes seanexcesivos. Es más, se privilegia la ampliación creciente del denominado Fondo de Garantía y Sustentabilidad Provisional (que a finales de este año alcanzará cerca de $ 21 mil millones).
Podríamos arrojar un primer juicio diciendo que, pese al discurso vigente, seguimos en una lógica que combina las dos caras: la del “Estado bobo” y la del “Estado turro”. Por un lado, no hay inconvenientes en invertir dinero público convalidando gestiones empresarias cuasidelictivas (ej.: Marsans). Por otro, el Gobierno adopta el rostro de la austeridad y la seriedad institucional a la hora de hablar y decidir acerca de cómo y cuánto recomponer los haberes jubilatorios. Las cosas son así:Aerolíneas. Bajo el título de “Reestatizar Aerolíneas Argentinas”, el oficialismo ha enviado un proyecto que lo único que hasta el momento deja en claro es que se estatizará la deuda que hoy tiene la empresa. En este sentido, el proyecto, si no se modifica, resulta diáfano en sus objetivos. En ningún momento incorpora la palabra“reestatización”, su artículo 1º habla de rescate y compra de acciones(con lo cual se compra la deuda), y, como si esto fuese poco, en el artículo 6º anuncia laposterior privatización.
Para colmo de males, las malas lenguas comentan que el Gobierno ha designado alfrente del directorio como uno de sus representantes al Dr. Juan de Dios Cincunegui, quien, se dice, tiene aceitados vínculos con el Grupo Eurnekian. Por cierto, quien conduce el proceso (Ricardo Jaime) no goza casualmente de mucha confianza en lo relativo a la tarea de fortalecer y desarrollar el transporte público. En relación concreta con el caso Aerolíneas, fue quien comandó la decisión gubernamental adoptada en 2006 de desistir de las impugnaciones judiciales que el Estado argentino había sostenido hasta 2005 y en nombre de las cuales no había firmado los balances de la empresa. Jaime resuelve a partir de 2006 firmar y convalidar todo así como volver a incorporar aun director del Estado en la conducción empresaria. Es bueno tener en cuenta esta decisión, ya que se toma el mismo año en que el Tesoro español decide iniciarle juicio al Grupo Marsans denunciando que los u$s 758 millones que España le había otorgadopara capitalizar Aerolíneas no habían tenido ese destino y el grupo empresario se había quedado con u$s 450 millones. Es curioso que justo cuando desde la propia España se identifican irregularidades que denunciaban el evidente vaciamiento de la empresa, en lugar de profundizar las acciones judiciales e iniciar una estrategia de recuperación del servicio de aeronavegación, la decisión haya sido declinar las impugnaciones judiciales, ingresar al directorio y terminar dos años más tarde, de apuro, asumiendola empresa con una deuda de casi u$s 1.000 millones. Resolver el caso Aerolíneas exige modificaciones sustantivas del proyecto oficial para garantizar tres premisas. Una es la garantía de control estatal futuro del servicio de aeronavegación y de nuestra aerolínea de bandera.La segunda es no dilapidar recursos públicos, lo cual requiere iniciar acciones judiciales sobre Marsans en referencia a su responsabilidad en el vaciamiento empresario y avanzar en una demanda que reclame a Marsans e incluso al propio Estado español la efectiva concreción del aporte comprometido y no completado de los u$s 758 millones.Por último, garantizar la continuidad y la estabilidad laboral de los 9.300 trabajadores de Aerolíneas y Austral. Movilidad de los haberes previsionales. La propuesta oficial nopodría haber sido más restrictiva. Por un lado, si no existen modificaciones, la denominada Prestación Básica Universal es llevada a $326 y no se toma en cuenta para la aplicación de la movilidad. Esto supone, que para el 76% de los jubilados que ganan el mínimo ($690), la movilidad se aplica sólo sobre la mitad y no sobre el total. Además, el proyecto en ningún caso se plantea comenzar un proceso de recomposición de los haberes para llevarlos a los niveles que resultarían de aplicarles la movilidad que perdieron durante los últimos años. No se trata de pagar lo adeudado, sino de mejorar el punto de partida para no convalidar como base, en la gran mayoría de los casos, el haber mínimo. Resulta incomprensible que no se haya pensado que los $21 mil millones queel Fondo acumula podrían permitir una recomposición de los haberes, quizás en etapas, pero recomposición al fin. Por último, en la fórmula de movilidad que promueve el proyecto oficial no sólo no se computa toda la recaudación (sólo incluye el 90% de los recursos impositivos y no incorporan los aportes de los trabajadores ni las contribuciones patronales), sino que además se la divide por el total de los beneficios(jubilaciones y pensiones) que paga el sistema. Se incorporan así, sin recursos adicionales, todos aquellos que lleguen vía distintas moratorias (por ejemplo la última: 1.300.000 jubilados más).Para ser preciso, aplicando el proyecto oficial, los que ganan el haber mínimo hubieran tenido un aumento en 2008 de apenas un 6%. Presentado bajo el lema de la seriedad presupuestaria, este proyecto sólo busca consolidar al ANSES como una caja superavitaria (en base a la represión en el aumento de los haberes), con la que puedan asistirse las necesidades de la Tesorería.Así las cosas, mientras se niega la posibilidad de una recomposición de las jubilaciones, el Fondo creado para “sustentar el sistema” sí puede realizarle un préstamo a AySA por $800 millones o garantizar financiamiento para letras de tesorería para 2008 por $7.952,6 millones (pago de deuda pública). Es más, si nos descuidamos, puede haber recursos previsionales que sean destinados a pagar la deuda con el grupo Marsans.Aerolíneas debe ser del Estado, su deuda no. La recomposición de los haberes jubilatorios es una deuda de nuestra sociedad con nuestros mayores, esa deuda la debe asumir el Estado.

Diputado nacional
Buenos Aires para Todos en Proyecto Sur
Mesa Nacional de la CTA

sábado, 2 de agosto de 2008

Aerolineas Argentinas: estafas y fracasos del modelo privatizador

La iniciativa del gobierno de estatizar Aerolinas Argentinas plantea serios interrogantes a la vez que confirma el rotundo fracaso del modelo privatizador de los transportes públicos. Siguiendo los anuncios gubernamentales y con una negociación en manos del Secretario de Transporte, hay que preocuparse: Ricardo Jaime estuvo ligado al escándalo de “Southern Winds” y al de LAFSA : el Estado paga los salarios de personal sin haberla dotado de un solo avión.Ahora el gobierno debe explicar a la ciudadanía como fue posible que aceptara los balances fraudulentos presentados por Marsans en estos años y que fueron antes cuestionados porque ocultaban el quebranto. Se pretende retomar Aerolíneas con su flota y oficinas internacionales vendidas, los talleres vaciados y un pasivo de u$s 900 millones. Lo más probable es que sea otro capítulo del viejo culebrón “El Estado Rebobo” que cuenta como se lo roba y vuelve a hacerse cargo de las deudas que deja el agradecido concesionario privado. ¿Qué enseñanzas deja el vaciamiento y privatización de nuestra línea aérea de bandera? ¿Qué medidas deberían tomarse para evitar otra defraudación?¿Debemos retomar Aerolíneas o crear una nueva empresa –esta vez pública-retomando sus rutas y excelente personal?La Privatización.Aerolíneas Argentinas fue creada en 1950 por el gobierno de Perón y llegó a ser líder de las compañías del hemisferio sur. Daba beneficios y era considerada de las más seguras del mundo. Al comienzo de los años 90 fue valuada en algo más de US$ 600 millones, muy por debajo de su valor real. La tasación del Boeing 707 -que estaba volando- fué de 1 dólar, lo que motivó el pedido de la Fuerza Aérea para que se lo cedieran y aún sigue operando. Contaba con una flota de 28 aviones propios y uno alquilado- con rutas internacionales y el monopolio de las de cabotaje. Al momento de la licitación el único interesado fue Iberia, que ofertó US$ 260 millones en efectivo por el 85% de las acciones, más otros u$s 560 millones en títulos de la deuda argentina que cotizaban en el mercado 20% de su valor nominal, pero se los tomaba al 100% para comprar empresas del Estado. Eran los tiempos alegres del Plan Brady-Cavallo.La privatización de Aerolíneas se consumó con abusos jurídicos y económicos inaceptables. Para comprarla, Iberia hipotecó la flota de aviones de nuestra compañía y la Corte Suprema inventó la oscura teoría del per saltum para sacarle la causa al juez natural Garzón Funes. Allí no terminó la cosa: los talleres de Aerolíneas, que contaban con 3 simuladores de navegación e innumerables repuestos, fueron vaciados y transferidos a Madrid; se levantaron rutas internacionales y nacionales mientras los aviones y las oficinas en Paris, New York y otras capitales, se vendieron. Para evitar la quiebra, en el 2001 el gobierno español extendió un crédito de 800 millones de euros al grupo Marsans destinado a pagar las deudas de Aerolíneas y comprarla. El nuevo operador las pagó en parte y el resto del dinero fue desviado hacia otros fines. Como su hermana venezolana Viasa - también comprada por Iberia- Aerolíneas terminó vaciada y quebrada. Crisis y Colapso del Transporte.Aerolíneas no es un caso aislado: la irresponsable supresión del 80% de los ferrocarriles que dejó sin trenes a las provincias, terminó en una catástrofe humana y económica. Al pasar la mayoría de las cargas y transportes a las calles y carreteras, el índice de accidentes aumentó cada año y llegamos a la “guerra del automotor”. Sólo en el 2007 murieron en calles y rutas 8160 argentinos y dejó decenas de miles de heridos. Nuestro sistema de transporte es uno de los más caros del continente y el 85% de la energía está generada por hidrocarburos. Con un barril de petróleo a más de u$s 140, el transporte automotor resulta inviable: es diez veces más caro que el ferrocarril. Una locomotora arrastra la carga de 50 camiones o de 20 ómnibus de pasajeros. Las concesiones ferroviarias que se arrastran desde Menem constituyen una estafa a la sociedad. El modelo kirchnerista de patria subsidiada alcanza en ellas su máxima expresión: el Estado paga los salarios de los trabajadores y todas las roturas y reposiciones de material. Los concesionarios realizan las reparaciones de rodados y estaciones, facturando varias veces por encima del valor real. Las denuncias de sobreprecios efectuadas en estos años por la Auditoria General de la Nación, la Defensoría del Pueblo o la Fiscalía de Investigaciones fueron desoídas por el gobierno y la justicia. En los 37 talleres fábricas donde se hacían locomotoras y todo tipo de vagones, se robaron miles de repuestos nuevos, máquinas o herramientas dejados en custodia. El saqueo fue total y no se conocen acciones penales.En cuanto a la calidad del servicio, nunca los pasajeros fueron tan maltratados sin que ninguna autoridad privada o gubernamental diera la cara; nunca fueron así abandonados en estaciones o aeropuertos, convertidos ahora en shopings o galerías comerciales sin asientos para los pasajeros que pasan largas horas en el suelo en espera del vuelo o tren; nunca hubo tantos accidentes ni los aviones tuvieron tan poco mantenimiento técnico. En síntesis, los ferrocarriles se privatizaron porque perdían 1 millón de dólares por día. Hoy cuestan u$s 3 millones y solo queda el 20% de los ferrocarriles que teníamos. De 36.000 km de vías operativas a 120 km por hora, funcionan 7.000 km y a 50 km hora. De los 95.000 ferroviarios, quedan 14.000. ¿Otra falsa ARGENTINIZACION?Ahora el gobierno sale en salvataje del concesionario español que deja la empresa con una deuda que ronda u$s 900 millones, un solo avión propio y 43 alquilados, pero la mitad no vuela por averías. ¿Por qué el Estado Argentino, siendo acreedor de Aerolíneas, tiene que hacerse cargo del quebranto? ¿No pasó lo mismo con la vieja privatización de Austral, quebrada por el grupo Pescarmona? ¿ Otra vez pagaremos deudas para volver a entregar la empresa al capital privado o a López Mena, dueño de Buquebús o será otra falsa “argentinización” como la de YPF-Repsol con el banquero Ezquenazi ? ¿Se exigirá una auditoría de inventario de los bienes entregados? ¿Cómo y quienes tasarán la fundida compañía cuyo activo son las rutas y el personal? Frente a las alternativas que abre el traspaso de Aerolíneas al Estado, recordemos que los servicios públicos como las escuelas y los hospitales, no tienen como objetivo dar ganancia sino un servicio social a la comunidad. Los transportes y las comunicaciones son asuntos estratégicos que exigen un gran debate y convocar a las universidades y organizaciones sociales y políticas a estudiar un nuevo modelo de gestión pública.Alternativas al Modelo Privatizador. ¿Cuál es la alternativa a la vieja empresa estatal bajo control del partido gobernante o a la compañía privada que busca beneficios rápidos a cualquier precio?¿Con lo que se piensa gastar: no es hora de partir hacia un nuevo modelo de empresa pública donde los usuarios y trabajadores participen en su control ? El debate postergado entre lo público y privado sigue ocultando falsos mitos como que el Estado es mal administrador. Las instituciones no son responsables de sus conducciones como no lo es el automóvil ante su víctima. Las privatizaciones demostraron lo contrario de lo que anunciaban: fueron y siguen siendo un pésimo negocio y un robo a la Nación. El gobierno nacional no tiene el proyecto de reconstruir la aeronavegación. Las rutas de cabotaje comenzaron a cederse a compañías extranjeras cuando el Estado - además de Austral- cuenta con dos empresas que esperan se las dote de equipos: LAFSA, con personal y sin aviones; y LADE, con una vieja flota donde vuelan pocos aviones. ¿No sería más sensato que en base a ellas y al personal y rutas de Aerolíneas, se incierta en una nueva compañía lo que se piensa pagar por las deudas de Marsans? La Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatiza-ciones, hasta hoy fue cómplice del despojo. Es de esperar que esta vez el Congreso impulse un gran debate sobre el futuro de la aerolínea de bandera y la reconstrucción del sistema integral de transporte.